De hecho yo llegué primero a Osaka desde Tokio, y salí de Nara para volver a Tokio. Así pues, llegué con el shinkansen (el tren bala) a la estación de Shin Osaka. De ahí fui a la estación de tren de Osaka donde tomamos un tren regular hasta Shin Imamiya, donde hay un famoso callejón con carteles móviles, un mono dorado que trae suerte, y un local para jugar al go y al shogi (ajedrez japonés). Incluyo las imágenes a continuación porque me parece algo complicado
Shin Imamiya
La galería Jan Jan desde fuera
La galería
Justo enfrente hay una especie de bar donde venden kushikatsu, unos rebozados que se hunden (una vez para evitar ensuciarla) en una salsa y que están deliciosos. Os recomiendo los de renkon (loto) y chiizu (queso) encarecidamente, pero si probais cosas al azar no os arrepentireis.
Kushikatsu. Eso que parece media rueda con agujeritos es loto.
Después de eso tomamos un curioso tranvía hasta Sumiyoshi Taisha, un templo al que se accede cruzando un puente redondo que los japoneses llaman taiko en honor a los grandes tambores de los festivales.
Puente taiko.
Luego fuimos a ver el Castillo de Osaka (la estación es Osaka Jo), que tiene un mirador en el último piso, y un museo en el interior, ya que tuvieron que reconstruirlo y el interior es moderno.
Castillo de Osaka
Y por último, fuimos a Nanba, donde se encuentra el distrito comercial, con sus famosos carteles y luces de neón, los muñecos mecánicos sobre los restaurantes, y los peces globo. Es muy famoso el cartel de Glico, y hasta podeis encontrar camisetas con esta imagen tan típica de Osaka. Curiosamente, lo que a mí me hizo más ilusión fue encontrar un centro comercial llamado Don Quijote cuya mascota es un pingüino.
El cartel de Glico, con el corredor.
De todos modos, yo comí takoyaki (bolas de pulpo) en un puesto en la calle ya que es la comida más famosa de Osaka. Y luego fuimos a un yakitori (restaurante de pollo a la parrilla) donde nos pusimos las botas.
Bajo toda esa montaña de atún seco hay takoyaki, lo juro.
Sí, desde luego no tengo ninguna queja con la comida de Osaka.
Por cierto, como curiosidad, el atún seco ondula de manera misteriosa al ponerlo sobre la comida. Parece que esté vivo pero no lo está. Lleva mucho tiempo muerto así que comed sin miedo.
De verdad que parece que esté vivo. Lo grabé en video así que si quereis verlo, lo subo.
Y próximamente, Tokio.