24 abr 2012

Blog del Doctor Watson

Otro proyecto en el que me he embarcado es en el de traducir al español, con más gente, el blog del Doctor John Watson que aparece en la serie de la BBC Sherlock, que tanto éxito está teniendo en todo el mundo.
El blog original se encuentra aquí, y también podéis visitar el blog del propio Sherlock aquí.
Espero que os guste la versión española del blog del Doctor Watson. Desde luego, yo me lo estoy pasando genial traduciendo, a pesar de la alarmante falta de comas. Pero claro, Watson es médico de guerra, bastante bien redacta, no le pido más.

17 abr 2012

Regalos frikis

Se me olvidó comentar que también he estado redactando algunos artículos para la página web RegalosFrikis.
Aquí os dejo una lista de los artículos que he hecho, por si os interesa algo:



Y eso es todo por ahora, pero seguiré haciendo artículos y acepto sugerencias.
Espero que os gusten.

10 abr 2012

El problema de la mujer trabajadora en Japón

He traducido otro artículo sobre Japón.
El original está aquí.

Japón ha avanzado algunos pasos desde que la cadena de terremotos y tsunamis golpearon al país en Marzo de 2011. Pero la salud a largo plazo de su economía, que lleva muchos años en un declive contínuo, se enfrenta a una nueva amenaza que crece cada día: Japón necesita más trabajadores. La tasa de natalidad cae en picado (más rápido que en cualquier otro país desarrollado) incluso cuando el número de ciudadanos ancianos está por las nubes. Ya en 1990 el número de japoneses en edad de trabajar sobrepasaba el número de niños y ancianos por 7 a 3. En 2050 la proporción será de 1 a 1. Mientras la población envejece y se debilita, el país necesita echarle un vistazo al creciente número de mujeres japonesas con preparación.


Graduación en Japón


Las mujeres en Japón constituyen casi la mitad (48%) de los graduados universitarios. Sin embargo, el talento de este grupo se utiliza poco y de un modo deplorable: tan solo el 67% de las mujeres con carrera universitaria tienen trabajo actualmente, y muchas de ellas se consumen en trabajos a tiempo parcial muy mal pagados, o acaban en el rol sin salida de las "office-ladies", sirviendo té y limpiando los escritorios de sus jefes varones.
Nuevos datos del Centro de conciliación de la vida laboral revelan que las mujeres japonesas licenciadas tienen muchas más posibilidades que las americanas (el 74% frente al 31%) de dejar sus trabajos de forma voluntaria. Pero mientras cuidar a los hijos es la razón principal para la mayoría de mujeres occidentales que se toman un descanso en su trabajo, las mujeres japonesas universitarias suelen decir que se sienten apartadas por la fuerza, a base de ambientes de trabajo poco solidarios y jefes que no las valoran. Casi dos tercios (63%) dicen que abandonaron porque se sentían insatisfechas con su trabajo, y un sorprendente 49% lo dejaron porque se sentían frustradas y estancadas.
No es sorprendente que cuando a una mujer bien cualificada se le niega una tarea bien pagada o se le fuerza a ver cómo sus compañeros varones peor cualificados ascienden antes que ella, la decisión de salir del círculo y dedicarse a su familia se convierta en la más inteligente. Pero eso no significa que las mujeres con talento que han pasado años acumulando habilidades, experiencia y referencias quieran abandonar su trabajo para siempre. El 77% de las mujeres encuestadas que abandonaron quieren volver a trabajar tras un período de tiempo relativamente corto.

Pero la gente que quiere volver al mundo del trabajo en Japón se pueden chocar contra un muro. Tan solo el 43% consigue encontrar un trabajo a tiempo completo, comparado con el 73% de los EEUU. Y entre aquellas afortunadas que consiguen trabajo, casi la mitad se enfrentan a recortes en su salario, y a muchas otras se les obliga a aceptar responsabilidades reducidas y posibilidades de ascenso limitadas.
Las mujeres japonesas que no dejan de trabajar se encuentra con que los rígidos horarios de trabajo japoneses no congenian bien con lo que se les exige en sus casas. Lo que la sociedad espera de las madres (que no sólo tienen que atender a los niños, sino que muchas veces también tienen que cuidar a familiares mayores) es igual que un trabajo a tiempo completo. Pocas reciben ayuda de sus maridos. Las mujeres trabajadoras dedican una media de más de 4 horas diarias a su casa y sus hijos; los padres trabajadores, sin embargo, apenas dedican 30 minutos. Las estrictas regulaciones laborales hacen que sea imposible conseguir ayuda doméstica asequible. Y al contrario que las madres de la mayoría de países desarrollados, las madres trabajadoras japonesas no pueden ofrecerle un visado a una niñera extranjera.
Para conservar estas trabajadoras con talento, las empresas deberían dar prioridad al horario flexible. Dos tercios de las mujeres encuestadas dijeron que no habrían dejado sus trabajos si hubieran podido hacer sus tareas con un horario más flexible. Pero también hay barreras culturales. Una de las encuestadas, una mujer que salía de su trabajo a las 17:30 para recoger a sus dos hijos antes de que la guardería cerrase a las 18:30, dijo "no me siento presionada por mi jefe, sino por mis compañeros de otras secciones, que no entienden por qué necesito salir antes. Tengo un BlackBerry y les he pedido que me manden un e-mail si me necesitan, pero mis colegas esperan que esté ahí cuando llaman a mi despacho".

Para las mujeres japonesas que quieren continuar trabajando, la mejor opción, por el momento, es trabajar para una empresa extranjera. La gran mayoría de las mujeres encuestadas piensan que las firmas con sede en EEUU y Europa tienen una política que ayuda más a las mujeres. Aprecian especialmente que los ascensos se basen en la calidad del trabajo hecho, y que jefes y compañeros fomenten la libertad de expresión."Las mujeres aquí tienen opiniones propias", se maravillaba un trabajador que se trasladó a una compañía multinacional. "Te replican. Son directas".
Japón ha sido sinónimo de innovación durante gran parte de los últimos 50 años. Mientras la crisis demográfica se cierne amenazando con reformar la economía de forma tan drástica como lo haría cualquier desastre natural, usar mejor sus mujeres universitarias sería una innovación que, según un estudio Goldman Sachs de 2010, añadiría 8'2 millones de cerebros a la fuerza de trabajo y aumentaría el valor de la economía un 15%. Las mujeres japonesas están preparadas para hacer que esto ocurra y buscan empresarios que lideren la ofensiva.